miércoles, 18 de marzo de 2009

Compañero del silencio

Es cierto, salto de la gramática elemental para escribir los sentimientos, esos que compartimos en voz baja. No sé si son compatibles el orden lógico de las palabras en las oraciones con las otras que quieren expresar tantas emociones que nacen, no de la razón, sino de este corazón que anda loco y que cada vez que lo toco y lo miro se sienten las heridas, unas más profundas y otras cicatrices que nunca desaparecerán.
Toco también el cielo y entre las nubes viajo hasta donde nunca he podido llegar toco unas manitas de terciopelo.
Vuelvo y nuevamente te hablo en voz baja para que nadie se entere y cansada de tanto ruido de quienes no saben respetar el silencio que dejamos y que solo nos podemos transmitir con las miradas, en ellas están escritas todas las ideas de lo que pensamos y sentimos. Ellos me han devuelto a la realidad donde se debe luchar para ganar el pan, el prestigio, el camino a la seguridad, la que camina con paso firme, que va de aquí para allá, sin dejar ver la tremenda soledad, las heridas y el dolor, la que trabaja, la que sirve pero, por sobre todo, la que sabe amar sin condiciones. Soy la mujer que te habla en el silencio y que siendo fuerte ante los demás , sólo tú has logrado ver la debilidad que lleva en el amor, la que ha llorado y muere ante la traición de quien sólo ella supo a quién amó.




domingo, 8 de marzo de 2009

Tiempo


Quiero escribir con el puño de quien se fue y no alcanzó a poner lo que le faltó en el papel. Fue sin querer, su cuerpo le jugó una mala pasada, creyó que podría, pero las huellas dejaron marcas en su cara, sé que no hubiera querido padecer, más la furia del dolor le quitaría el amanecer. Su paso se puso lento, su cuerpo erguido ya no fue, sufría por amor, ¿quién te robaba tu querer?, ya no sufras,no,. Contra ese mal no se puede, descansa, ya es hora , ya viene el sol y se llevará consigo tu dolor.

En tiempos de lucha supiste proponer, en tiempos de espera, supiste comprender a este pueblo que con tanto dolor no encontraba la razón de miles y miles que hicieron desaparecer. Ya no están, es verdad, pero desde lejos oirán los lamentos que aún no logran callar. Estuviste ahí, trataste de disipar las dudas de los que lograban algún rastro.

Ya no hay tiempo de volver a recuperar lo perdido, ni tu viejo amor, ni las esperas, ni el dolor. Quédate conmigo, caminemos y recordemos puede ser que veamos florecer nuevos jardines que nos esperan para ver de nuevo otro amanecer y el sol nos acompañe al despertar.