Mi silencio, mi tiempo.
Mi silencio les dirá mucho más que las miles de palabras que rondan el espacio, el tiempo me hizo borrar el pasado del que no quería dejar, de los miles de juegos que inventados por otros que tuvieron siempre al niño malhumorado en su interior, inventaban para quienes eramos niños, era en ese entonces que disfrutábamos de los saltos, las cuerdas, las pelotas y las carreras para ganar y llegar a la meta de mentira, inventada por nuestras jugarretas.
Ahora escribo esta carta para pedir perdón a los que me quisieran escuchar, yo no sé si es el encierro o la cordura que llevo en esta vida, los adultos me enseñaron a ser precavida y cautelosa, ya no quiero más esta selva de vicios y volver a la naturaleza sería mi mayor riqueza, prefiero a las fieras salvajes esas que se quedaron sin domar a todos los humanos que me conducen a la oscuridad y no me dejan mirar bien mi camino. Me queda la bella esperanza de las risas de los niños en los mismos juegos que un día muy lejano también disfruté.
Bueno, me despido de Uds.con este silencio, es que, allá afuera están los otros que, como yo, me esperan para jugar y reir, respirando el aire puro y sin ninguna preocupación por el futuro.
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