martes, 30 de junio de 2009

Al otro lado del sol


Seguirán creciendo  las multitudes que quieran apartarse del bien común para todos. Sólo importa el poder de gobernar por gobernar, no han mirado a los pequeños, esos que con esperanza eligieron ser libres para pensar y para vivir. Era demasiado grande el sueño de aquel hombre que quiso complacer a los pequeños, se sentía el pulso cada vez más fuerte del pueblo y partía el cielo en dos, era un peligro, les dijeron, volar muy alto era peligroso y más peligroso si los hacía  volar también a todos juntos.

La justicia y la paz van de la mano y han nacido como hermanas gemelas, cuando las han  separado se han desangrado y una de ellas muere quedando la otra muy débil y demasiado vulnerable para que vengan los que quieren el poder y los pequeños que ya  apenas les late el pulso  van sintiendo  que ya desfallecen. Aún canto por aquellos, aún me quedas tú. Ahora quiero cantar a los que lloran. Quiero que al final venga la verdad y vengan muchos más a compartir conmigo este canto para un pueblo que ha vuelto a perder la esperanza  que los hacía levantarse cada día para vivir en paz, esa que por derecho nos pertenece a cada uno y nadie puede violar, por el solo capricho del poder y  pisar con la bota firme. Pronto tendrá que brillar de nuevo el sol para los que ahora están al otro lado de él, mientras abrazados esperan quien los venga a redimir para evitar más angustias.

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