sábado, 1 de agosto de 2009


EL ESPEJO
 
Nunca pensé que llegaría el día en que sería tu espejo, 
donde te verías reflejado en mi alma y en mi mirada.
Tu imagen era nítida y limpia, tan nítida que no dudabas 
en mirarte cada mañana en mí.
Al igual que el cuento de Blanca Nieves
cuando la bruja le pregunta al espejo
"quién era la más bella", tú esperaste 
que mi respuesta fuera siempre positiva hacia ti.
Pero llegó una fría  mañana en que descubriste que tu imagen ya no la veías en mí,
me miraste y tus ojos  acusaban que ya no te verías más  en mi rostro y menos tu alma en la mía.
 ¡Yo, que había sido tu espejo durante casi cuatro años!
Fue fuerte el  impacto al mirarte, ver y sentír tu temor, ese temor a quedarte solo nuevamente.
El pensar que yo podría ser solo una imagen equivocada 
a la que tú imaginaste tu reflejo por tanto tiempo,
te asustó la palabra más antigua del planeta, esa mañana mientras nos compartíamos la vida en un café, me desconocías por haber nombrado la palabra "puta", 
que hoy "decentemente" le llaman “trabajadoras sexuales”, porque claro
oídos tan delicados no pueden escuchar esa palabra porque  significa que 
el que la dice está ensuciando el  pan que come…….. "no ensucies tu pan", me dijiste
Desde ese día cambió tu mirada y comportamiento a esta amistad que matuvimos para no sentirnos tan solos.  

Ha de  volver la esperanza y golpear con toda su rabia
la nueva confianza en justa venganza a tanto terror,
Terror de hablar y de juntarnos o mezclarnos con los que no 
están a nuestra altura. 
A veces pienso que me traiciona el pensamiento
y salen palabras que digo cuando creo que nadie me ve.
Se acabó tanto ruego se ha de volver a empezar
Y volver a los comportamientos y palabras que no 
puedan bajar el nivel de los que escuchan.
Ha de volver la esperanza, rozarnos y besarnos
y poder recuperar a quienes dañamos con nuestras palabras.
Volver al cínico comportamiento del que juntos tantas veces nos asqueamos, pero 
fue necesario volver a las raíces de este pueblo y fingir ser pulcros y puros tuvimos que volver a cero, volver a ser los mismos desconocidos que fuimos y que a contar de ese día decidiste volver tu mirada hacia otro norte donde ya no estuvieras más conmigo, con tu desilución. Ahora irás en busca de otros caminos sin retorno y sin miradas transparentes.

“El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra” (Jesús)

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