miércoles, 22 de diciembre de 2010

                                                  Declaración al alba.

El sueño me despertó a la realidad cotidiana...a la mía...a la verdadera...la que me pertenece y a la que pertenezco. La vida se confundió nuevamente conmigo me llevó hasta otra vereda la que conocía pero no era la mía...regresé, aquí estoy de nuevo y conmigo, fuí la ilusión ilusa de quien vive un breve instante en el espacio del que no está, se esfumó porque no podía ser de otra manera.
La sangre que corre por mis venas no es del mismo color que la tuya, un leve espejismo, un oasis en el desierto, esta soy yo,  la que se ensució con tierra y con barro porque gustaba  sentir el olor a tierra húmeda bajo el sol, grandes pequeños que me hicieron vibrar de emoción al ver lo que mis pequeñas manecitas lograban construir y destruir cuando lo estimé conveniente, soy la adolescente que luchó porque sentía lástima  del sacrificio de un padre trabajador con la mirada perdida y desánimos que lo devolvían al  hogar exhausto, la que en la calle luchó en tiempos difíciles por el futuro de los hijos que vendrían. Esta fuí y esta soy...ha pasado mucho tiempo,  la esencia se quedó, las luchas sociales no se fueron  porque mis compromisos fueron con esta gente y mi mirada no se volvió de otro mundo, no fue necesario dejar nada para caminar junto al oprimido, caminé y camino con ellos convencida que otro mundo es posible, que seguramente habrá muchos molinos de vientos que me saldrán al encuentro nuevamente...lo prefiero así a ver salir el sol tomada de la mano de quien dice ser mi mejor aliado, no, no eres tú el que caminó por este lado, no soy yo la que te debe  acompañar los días que te quedan... Esta ha sido la noche mas inquieta, más larga y la más triste...la vida se encargó de ponerte en mi camino y ha sido ella misma la que en su vil juego te ha sacado de pronto en este despertar cansado de tanto buscar cuál era la pieza que no encajaba en este puzzle. Ahora puedo descansar agotada pero bien después de este brusco despertar.
Mañana me esperan nuevas luchas, nuevos cansancios y nuevos amaneceres, felicidades postergadas me vendrán a visitar seguramente para volver a desaparecer. Son mis ojos los que ya cansados de mirar han decidido ir a soñar.

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