sábado, 8 de enero de 2011

                                                   Aquí

La mirada clavada en tu imagen  pienso... tu cuerpo, tu fragilidad;  tu memoria, la eternidad. Vuelos de cóndores han venido hasta aquí, nunca se mira al cielo con tanta dilación, el espectáculo que dejan pasmados los ojos aletargados.
Dejo tu cuerpo atrás, aprendí a quererte desde tu historia, el sol de tu fiereza puso un cerco a la muerte. Tu presencia me hace romper cristales con la fuerza de un arma pasional. Transformada en guerrillera disparo al pasado, aquí se queda la entrañable transparencia. La revolución se ha vuelto firme y acompañó esta derrota como tantas otras, ahora más segura  por lo que creí fiel.
Me hundo, lloro, brinco, giro en la tierra mojada bajo la lluvia. El dolor ha traspasado mi corazón. Dejo la lluvia caer,ella lavará las heridas de este  tierno amor que no se dejó alcanzar. 
Seguiré adelante acompañada sólo con lo que fui. 

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